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Comunicaciones: la base del futuro de la empresa

De su capacidad y gestión depende el éxito de cualquier proyecto

La clave del éxito de cualquier empresa es la comunicación. Si ésta falla o se deteriora, el trabajo del día a día se resiente, por lo que estar al día en la gestión y protección de las redes y las comunicaciones que por ellas transitan es la clave para asegurar el correcto funcionamiento de la empresa. Pero hay algo más, y es que la tecnología debe asegurarse de que todos los elementos implicados en este trabajo, estén donde estén, puedan disfrutar de las comunicaciones.

Piensen en una glorieta sin semáforos. Los coches llegan a ella desde cuatro diferentes direcciones y ella se encarga, gracias a unas normas de circulación generalmente conocidas, de distribuir nuevamente el tráfico hacia estos cuatro caminos, permitiendo el acceso y la salida de la misma de forma ordenada. Ahora, imaginen este mismo cruce de caminos pero regulado por semáforos. En este segundo caso, independientemente de que haya o no tráfico, obligaremos a los coches a parar, lo que genera una mayor lentitud en el tráfico.
Pues bien, con este símil no queremos recordarles los atascos matutinos, sino dejar claro lo importante que es gestionar bien las comunicaciones y, en base a herramientas inteligentes, establecer prioridades y niveles de preferencia para regular el envío de paquetes de la forma más adecuada.
Porque la red de una empresa es como una ciudad, con infinitos paquetes, en el caso de la ciudad coches, que circulan por ella en todas direcciones y con todo tipo de destinos, pero que, en función de su criticidad y de su naturaleza, deben ser priorizados para facilitar la labor de los trabajadores en la red.
De ahí que no se trate de añadir carriles a la autopista, que también es beneficioso, sino de contar con herramientas que nos permitan establecer un control y una gestión sobre el tráfico de la red.

Algo más que ancho de banda
Las necesidades de las empresas actuales llevan a los responsables de TI a asegurar tres cosas de las comunicaciones: que serán constantes, porque ninguna empresa puede parar porque no pueda comunicarse; que estarán protegidas, porque toda empresa necesita que sean seguras; y que no estén limitadas por el espacio físico de la propia empresa o por las particularidades de éste. En base a eso, cualquier empresa puede estar tranquila con sus comunicaciones, independientemente del volumen o de la naturaleza de las mismas.
Por tanto, ésta debe ser la función principal de cualquier red, asegurar su propia disponibilidad y seguridad con el fin de afianzar las posibilidades del negocio que sustenta. Pero, para ello, no podemos pensar en crear una red que cubra por su tamaño o posibilidades cualquier incidencia futura que pueda acontecer en la empresa, ¿o sí?
Evidentemente, no se trata de hacer un despliegue de red pensando en lo que puede llegar a ser una empresa en el futuro, porque nos encontraríamos con un monstruo incontrolable y con un coste difícil de asumir por cualquier empresa, pero sí de confeccionar una estructura de red que no limite a la empresa en su desarrollo futuro. Dispositivos con puertos duplex para permitir el incremento de velocidad donde y cuando sea necesario, elementos apilables que puedan incrementar la capacidad con un simple paso, dispositivos que permitan la redundancia sin, por ello, penalizar el tráfico de la red… en definitiva, una serie de elementos que configuran los dispositivos de red de última generación, y que permiten a la empresa asegurar el futuro sin hipotecar su presente.

Las necesidades básicas cubiertas
Una red debe ser segura, fiable, escalable, manejable, robusta y con un coste asumible por la empresa. Éstas son las características que deben definir nuestra elección a la hora de desplegar una red en la que vamos a basar los servicios de cualquier empresa. Sobre esto podemos pensar en confeccionar todo un mundo de posibilidades para clientes y empleados, pero sin asegurar estos puntos básicos estaríamos creando un gigante con pies de barro que no nos permitiría vivir tranquilos.
Pero hay un elemento más que debe tenerse en cuenta en toda red: debe ser accesible para aquellos que deban acceder, e inaccesible para aquellos que no. Esto, que puede parecer una obviedad, genera una gran cantidad de problemas a los administradores de red, dado que en este momento los teletrabajadores o los trabajadores en movilidad constituyen todo un desafío para la gestión de una red. El hecho de que cualquier trabajador o cliente quiera conectarse en remoto o sin la necesidad de cables en nuestra red, porque pueda estar en una ubicación temporal o porque se trata de un punto de reunión donde no podemos situar todo el cable que fuera necesario, hace que las redes actuales deban integrar capacidades de gestión de identidad y de autenticación, para que sólo accedan los usuarios autorizados y a los recursos que se les quieran habilitar, además de permitir el acceso sin cables en base a los diferentes estándares wireless, ya sea 802.11a/b/g o, incluso, el nuevo n, si bien éste se haya todavía en fase de borrador.

Conclusión
En definitiva, las comunicaciones son la base del desarrollo de una empresa, y para optimizar su labor es necesario tener en cuenta que deben permitir asegurar el presente y permitirnos crecer con libertad en el futuro. Eso sí, sin olvidar aspectos básicos como la gestionabilidad, la seguridad o la accesibilidad.

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