Buscar alternativas productivas

Abrir puertas y derribar barreras, tiene su cruz, pero también tiene su recompensa. Evidentemente, no es fácil convencer a un cliente de las bondades de una tecología que, como la que ocupa las páginas centrales de este número, está irrumpiendo en el mercado. No es sencillo explicarle lo que puede conseguir o lo que se puede ahorrar, sin poder ponerle ante sus incrédulos ojos a alguien que antes que él buscó en la novedad una solución a sus necesidades.
Para todos es evidente lo que pueden aportar las redes inalámbricas al mundo de las empresas, sobre todo cuando al instalar una solución tradicional se han encontrado con las limitaciones propias de la tecnología. Pero todos somos reticentes al cambio, y más en este país llamado España.
Pero como si de una moneda se tratase, a la cruz se opone la cara, y ésta es sumamente gratificante si se sabe aprovechar. En el mundo en que vivimos, llegar en el grupo de cabeza garantiza una buena parte del éxito. Para alcanzar el resto, sólo es necesario un último esfuerzo: hacerlo bien.
Por este motivo, y para que nadie pueda llegar antes o mejor preparado que usted a ningún cliente, querido lector, queremos ofrecerle en estas páginas todas las claves de esta nueva tecnología, toda la información que necesitará para plantarse ante un cliente y justificarle su decisión de ofrecerle algo así.
Y ahí es donde aparece la recompensa de la que hablábamos al principio. Obtener beneficios cuando lo que se ofrece es diferente es más sencillo que cuando nos vemos obligados a competir con un gran número de opositores que, como nosotros, son capaces de convencer al cliente de sus capacidades. Diferenciarse y ofrecer innovación es una forma de ganarse al cliente, sobre todo cuando esta innovación se ve respaldada por el conocimiento, el interés y la formación.