Histórico

Bill Gates se salva de la división de su empresa en dos, pero no de las sanciones

A pesar de que el Gobierno de Bush ha decidido no imponer la segregación en dos divisiones del gigante fabricante de software, los presuntos delitos de violación de las leyes antimonopolio y anticompetencia por los que el Departamento de Justicia de los Estadas Unidos inició una investigación en 1993 no van a quedar impunes.

Tras una larga batalla, hace tres meses un tribunal federal de apelaciones anuló el fallo impuesto por el juez Thomas Penfield Jackson que ordenaba la división de Microsoft en dos compañías. Ayer, el Departamento de Justicia de Estados Unidos y los fiscales de los 18 estados confirmaron esta decisión, aludiendo que buscaban “una solución rápida y efectiva que beneficie a los usuarios”. Sin embargo, anuncian la toma de sanciones empresariales que corrijan ciertas prácticas inapropiadas.
Para la compañía, esta decisión es como una auténtico triunfo, ya que no sólo le exime de la segregación, sino que además Washington tampoco continuará con la parte del caso relativa a la combinación de su sistema operativo Windows con otras aplicaciones. El caso Microsoft surgió en octubre de 1997, fruto de la violación de las leyes antimonopolio por vender junto a su sistema operativo Windows 95 el navegador Internet Explorer. La que pretendió ser una suculenta jugada comercial para Bill Gates, en realidad provocó acusaciones por tendencias monopolistas, que se zanjaron en enero de 1998, cuando la compañía permitió que los fabricantes de ordenadores instalaran el sistema operativo sin el navegador para Internet.
A pesar de que el Gobierno haya desestimado la segregación de la compañía y no solicitará una nueva investigación sobre el tema de la combinación de aplicaciones en los sistemas operativos de Microsoft, el proceso judicial se retoma y con él las investigaciones en profundidad sobre las prácticas de la compañía. Con esto, se evidencia que el nuevo sistema Windows XP será observado de cerca, así como el futuro comportamiento de la compañía. De hecho, algunas compañías, como Kodak, se han mostrado descontentas porque las nuevas soluciones en fotografía digital incluidas en Windows XP limitan el uso de sus aplicaciones y servicios. En cuanto a las sanciones que el magistrado inicial dejó suspendidas hasta la resolución del caso, destacan algunas que pueden obligar a la compañía a cobrar una tasa fija por cada copia que venda a los fabricantes o a informar sobre los códigos de Windows con el fin de que otros fabricantes de aplicaciones puedan desarrollar aplicaciones compatibles con el sistema operativo.


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