Histórico

Banda ancha y comunicación inalámbrica

Una convergencia necesaria

El desarrollo tecnológico que hasta ahora ha ofrecido la tecnología de conectividad inalámbrica ha propiciado que ésta quedara relegada a ser una alternativa de conexión sólo factible en casos muy concretos. Sin embargo, el panorama ha cambiado radicalmente y esta tecnología se plantea como una seria opción frente a la red cableada tradicional, sobre todo en el acceso a Internet en banda ancha. Por este motivo, hemos decidido ampliar la visión que sobre la integración de estas tecnologías esbozábamos el pasado mes.

De dónde venimos...
De siempre han resultado obvias las ventajas imputables a una red inalámbrica y deseables frente a las implicaciones inherentes a una conexión por cable. Pero todos los beneficios que pudieran ofrecer estas redes intangibles quedaban rápidamente diluidos cuando se consideraban rendimientos, capacidad y costes de instalación. En la evaluación de la infraestructura de conexión de ordenadores, el cable ha presentado frente a wireless una tarjeta de puntuación apabullante que hacía asumible todos los inconvenientes que pudiera presentar el tendido y mantenimiento de este tipo de redes convencional. Esta circunstancia y la enorme demanda de conectividad que se ha producido en unos pocos años atrás, explica que la industria se haya volcado en el desarrollo del cable y haya dejado un tanto de lado la alternativa wireless. Un tirón propiciado por las grandes y medianas compañías que debían y podían incorporar esta infraestructura informática como medio para potenciar su actividad de negocio. Un panorama donde las pequeñas empresas y el usuario doméstico, han ido a rebufo.

...a dónde vamos
En poco tiempo, estas condiciones han dado un giro completo. Precisamente son ahora las pequeñas empresas y el usuario doméstico los que presentan un perfil de conectividad que demanda una alternativa más eficaz y sencilla de conexión de la que hasta ahora se le viene ofreciendo. El usuario actual, con un perfil de conocimiento informático medio, es consciente de las posibilidades que le ofrecen las actuales tecnologías de comunicación, que le resultan muy asequible económicamente y, lo más importante, está dispuesto a utilizarlas. Nuevas formas de conexión que reclama apoyándose en la nueva electrónica de consumo que está disponible ya en el mercado, como la telefonía móvil y la multimedia, que toman como puntos de referencia Internet y la interconexión dentro de sus especificaciones, y que potencian y facilitan las expectativas que los usuarios tienen en este ámbito.
Este tipo de usuario, cada vez más habitual en el mundo desarrollado, asume que la conectividad total está prácticamente resuelta y que el acceso a Internet esta abocado a convertirse en un servicio básico más dentro del hogar, como ya lo es el teléfono o la televisión. Si bien estar conectado en cualquier circunstancia ya resulta cómodo y sencillo, no ocurre lo mismo con el acceso a Internet y es por ello que se reclama un acceso más limpio y más rápido, sobre todo en aquellos escenarios en los que no es una cuestión crucial el número de usuarios que han de utilizar el acceso a la Red que se tenga habilitado, como ocurre en el hogar o en los pequeños grupos de trabajo que forman los despachos profesionales o pequeñas delegaciones.
Ya nadie duda de la evidente utilidad que Internet tiene para cualquier actividad, profesional o privada. Pero no todos tienen tan claro que su acceso tenga que ser complicado, tanto en lo que se refiere a la instalación práctica como a su concepto. El ordenador y sus aplicaciones son el medio, nunca el fin. Y hay una gran mayoría de usuarios, que crece a ojos vista, que está muy interesado en participar de Internet, pero no en complicarse la existencia con cables y conexiones que no entiende, ni tiene por qué entender. Éste es el nicho de mercado en donde la tecnología inalámbrica tiene la mejor oportunidad de mostrar plenamente todas sus cualidades.

El boom que viene
El acceso a Internet en banda ancha está acelerando el consumo que se hace de los servicios disponibles en la Red, que se está traduciendo en el desarrollo de nuevos y más sofisticados contenidos que intentan atraer a los internautas a los servidores de aplicaciones, lo que a su vez redunda en un incremento del número de usuarios que acceden a Internet. Lo demuestra el hecho de que, desde el lanzamiento del acceso por ADSL, son ya 1.100.000 las líneas instaladas en España y su crecimiento es imparable, constante y sostenido, de forma que para el año 2005 se espera que esta cifra, por lo menos, se triplique. Hoy por hoy, este tipo de conexiones está dominado por los routers convencionales basados en cable, aunque la alternativa wireless para este tipo de dispositivos está perfectamente disponible en los catálogos de todos los fabricantes.
El acceso que proporcionan los routers ADSL inalámbricos, nada tienen que envidiar al proporcionado por los routers convencionales basados en cable. Al contrario, las soluciones de acceso a Internet basadas en wireless no tienen competencia en cuanto a facilidad de instalación, ausencia de mantenimiento y rendimientos. Actualmente, su despliegue sólo se ve frenado por circunstancias ajenas por completo a esta tecnología, básicamente el desconocimiento general por parte de los usuarios sobre este tipo de redes y su disponibilidad actual, lo que reduce una demanda que se encuentra cautiva de las ofertas y paquetes que proporcionan los proveedores de acceso. Esta situación no se podrá mantener por mucho tiempo y en breve este segmento de mercado estará copado por dispositivos inalámbricos, en unas circunstancias muy similares a lo que ha ocurrido con la telefonía, donde el número de teléfonos móviles ya supera al número de teléfonos convencionales instalados. Una vez que el usuario ha cubierto su acceso, no tardarán en surgirle los principales problemas al que se enfrenta el cable: la movilidad y flexibilidad. El universo de Internet no es un área restringida al ordenador. El teléfono móvil, el reproductor MP3 y muchos otros aparatos de electrónica de consumo que ya se comercializan tienen en la Red un importante espacio de operación y los puntos de acceso convencionales que ahora se están instalando no son capaces de proporcionar acceso a estos dispositivos. Igualmente, el usuario verá con poco agrado que el uso en su casa de varios ordenadores para acceder a la Red puede ser muchas cosas menos sencillo. Tampoco le será fácil entender por qué no puede conectarse a Internet con su ordenador portátil desde otro sitio que no sea la habitación donde está instalado su router ADSL. Los proveedores de acceso, no forman parte de la cadena de valor añadido de Internet y han descuidado este aspecto, más preocupados por ampliar el número de líneas instaladas y de ser capaces de atender la demanda que ellos mismos han generado. Éstas son unas circunstancias que inevitablemente han de propiciar un boom en el hogar en la demanda de dispositivos inalámbricos para el acceso en banda ancha a Internet, no pasado mucho tiempo.

Pero no sólo de hogares vive el mercado
Y el mercado doméstico no será el principal demandante de este tipo de soluciones. El 38 por ciento de las líneas ADSL instaladas son de titularidad empresarial. Pequeñas y medianas compañías que encuentran en este tipo de conexión la soluci

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