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Chipgate

"Chipgate": la primera sacudida del año al sector tecnológico

2018 comenzó como acabó 2017: con problemas en la seguridad en el sector de las TI. Sin embargo, el comienzo no augura nada bueno, y más si tenemos en cuenta que el afectado en esta ocasión es uno de sus corazones: el procesador.

chip Intel Coffee Lake familia procesador

Kernel. Parece el nombre de un detergente o algo similar, y sin embargo ha estremecido los cimientos de las TI desde que comenzó el recién estrenado 2018. Y su importancia radica en que tiene el control total sobre el sistema operativo de cualquier tipo.

El comienzo

Fue iniciarse el año y aparecer los primeros rumores que no tardaron en transformarse en noticia: el descubrimiento de dos vulnerabilidades —‘Meltdown’ y ‘Spectre’ son sus nombres—  que atacaban el procesador para, desde ahí, obtener acceso a la memoria RAM del ordenador. Un fallo que, inicialmente, se atribuyó a Intel, y que después también terminó por afectar a ARM y AMD. Fallo que afecta directamente al hardware con chip x86 y kernel de 64 bits. ¿Qué quiere decir esto? Que todos los equipos que corran con cualquiera de estas versiones de sistema operativo deben protegerse y actualizarse, ya sean Windows, Linux o Mac (véase recuadro).

Kernel, el ‘gran culpable’

De él hablamos antes. Un gran conocido dentro del Canal, especialmente en el caso de los integradores. Para los que no tienen el gusto o no intiman tanto con aquella parte esencial de un equipo, decirles que se trata de un proceso invisible que facilita la forma en que las aplicaciones y funciones se ejecutan en dicho equipo. No en vano, el ordenador necesita cambiar constantemente entre el modo de usuario y el modo kernel para asegurarse de que las instrucciones y el flujo de datos fluyen sin interrupciones y de manera instantánea.

Por lo tanto, la pregunta del millón está clara: ¿cómo saber si un equipo está infectado o no? Dentro de los datos concretos, que tampoco son demasiados, sí se sabe que el fallo afecta a todas las CPU Intel x86 fabricadas a lo largo de los últimos 10 años. Y todo ello con independencia del sistema operativo que esté ejecutando, o bien si se trata de un ordenador portátil o de sobremesa. Sí existen informes que hablan de un menor nivel de afectación en las nuevas CPU de Intel si se comparan con las generaciones anteriores, si bien el alcance completo no está del todo claro, así como tampoco la disminución de rendimiento que pudiera llegar a producirse.

Puede leer el resto del reportaje aquí.



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